Materiales libres de crueldad
Junto a los materiales orgánicos están los materiales libres de crueldad animal, que prohíben categóricamente cualquier tipo de violencia y maltrato hacia los animales, por ejemplo, en la producción de cuero, seda o lana.
Hablando de seda, su producción implica matar la diminuta polilla contenida en el capullo: por cada kilo de seda, se estima que se matan 6.000 animales. Una alternativa libre de crueldad es la llamada «seda de la paz» o «ahimsa», que consiste en utilizar el capullo sólo después de dejar salir a la polilla. Se trata de un proceso más largo (varias semanas frente a los 15 min. del proceso tradicional) y más laborioso, ya que no se pueden utilizar productos químicos. La calidad de la seda, sin embargo, es ligeramente inferior a la normal, pues al salir la polilla daña levemente el capullo, rompiendo la fibra y comprometiendo su calidad. También se están realizando experimentos con seda sintética fabricada en laboratorio (como la de Stella McCartney) y seda reciclada.
En cambio, en el caso del cuero y la lana, los problemas están relacionados con el trato y la cría de los animales.
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En cuanto al cuero utilizado en la industria de la confección, el animal nunca debe sacrificarse, sino que siempre debe ser un producto de desecho de la industria alimentaria, que de otro modo se destinaría a la basura.
Hablando de lana, las alternativas cruelty free son aquellas que prohíben el maltrato a los animales, como por ejemplo el transporte en mula. El mulesing es una práctica quirúrgica que consiste en retirar la piel alrededor de la cola de la oveja merina, muchas veces realizada sin anestesia; es una medida preventiva que tiene como objetivo evitar la aparición de miasis (presencia subcutánea de larvas de mosca) en estas ovejas cuyo pelaje muy denso y pliegues húmedos de la piel son zonas ideales para la aparición de parásitos. Si bien Nueva Zelanda prohibió el mulesing desde 2018, las granjas australianas lo defienden ardientemente y lo practican siempre.
La presencia de determinadas etiquetas, en particular PETA Approved y PETA Cruelty Free, pero también etiquetas más centradas en la lana merino como ZQ y RWS (Responsible Wool Standard), también garantizan el bienestar animal y, por tanto, excluyen por completo la práctica del mulesing.