El impacto de la tecnología en el trabajo y la empresa
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Históricamente, las transformaciones tecnológicas han ido asociadas a cambios en el nivel de empleo. No es casualidad que cada fase de la Revolución Industrial estuviera asociada a cambios más amplios en la estructura del empleo. La primera Revolución Industrial llevó al campesino a la fábrica, la segunda colocó al trabajador en la «línea de producción», mientras que la tercera le obligó a «conversar» con la tecnología. John Maynard Keynes habló de «desempleo tecnológico» (desempleo estructural), es decir, la pérdida de puestos de trabajo provocada por el desarrollo de la tecnología, pero también señaló la futura adaptación a las innovaciones tecnológicas. El progreso tecnológico transforma el mercado de trabajo, reduciendo (o eliminando) la demanda de mano de obra en determinados sectores y aumentando la demanda en otros. En el comercio en particular, las transformaciones tecnológicas implican cambios radicales en la estructura de las relaciones laborales del sector. Las nuevas cualificaciones y las altas competencias se consideran ahora cruciales. Por otra parte, la adopción de prácticas digitales está ejerciendo presión sobre las ocupaciones tradicionales en el comercio, exacerbando las denominadas formas flexibles de trabajo. En Grecia, el comercio sigue siendo el empleador más importante del país (17,9% del empleo total en 2021), y la proporción de empleo a tiempo parcial en el sector disminuye significativamente (del 8,3% del empleo total en 2021 al 10,3% en 2020), lo que documenta la creación de puestos de trabajo estables. En cualquier caso, sin embargo, los retos de la digitalización en el empleo siguen abiertos.